LA LLEGADA DE LUNA Y SASHA
Ya habíamos comenzado a adecuar espacios y lo primero que abordamos fue la construcción de una compostera, para hacer nosotros mismos el abono orgánico para la granja, mientras trabajábamos hablamos de que animales conseguiríamos para la granja, yo les contestaba que me gustarían unas gallinitas, unos conejos, codornices. Me preguntaron Andrés y no aguanta un perrito para que cuide? Me sonó la idea, al desplazarme para mi casa después de un día duro de trabajo, encontré un cartel pegado en un muro que decía adopta un perro, me llamo la atención anote el número y al día siguiente marque, era el centro de bienestar animal la perla, pregunte como seria la adopción de un perro y me solicitaron ciertos papeles personales y me invitaron a que seleccionara el perrito.
Al día siguiente subí a la perla y me llevaron a una especie de galpones donde solo se escuchaban ladridos, le dije a la persona encargada me gustaría una raza muy pasiva y noble pues compartiría espacio con muchos niños, me llevo hasta la última jaula y me mostro una perra muy grande acostada, pero cuál fue mi sorpresa cuando se levantó y veo moverse 4 cachorritos de no más de 3 meses de nacidos, el primero que corrió hacia donde mi fue un cachorrito color dorado con manchas cafés, era una mezcla entre labrador y quien sabe que otra raza, la madre de ellos fue abandonada por esto.
Le dije de inmediato me llevo el dorado, iniciamos los tramites y al día siguiente me la pude llevar, cuando bajábamos en el carro miraba todo a su alrededor, en los semáforos intentaba ladrarle a los motociclistas, la perrita tenia actitud.
Llegamos al colegio e inmediatamente los niños se empezaron a encariñar del cachorrito, el nombre fue colocado por todos los niños en un acto cívico, la llamaron “LUNA”. La zona de los descansos se enfocó en el lugar donde estaba LUNA, todos querían jugar con la perrita, pasados unos días mi cuñado me dice Andrés imagínate que abandonaron dos perritos por mi casa llevan 5 días en la calle sin comer y durmiendo en la intemperie, pensé que era difícil tener tres perros en el colegio pero fui por ellos, trate de ubicarlos con alguien que les diera un buen cuidado, solo ubique uno, quedaba uno y mientras lo ubicaba lo lleve para el colegio, sin pensar que se convertiría en la amiga de juegos de Luna, los niños del colegio se divertían viéndolas jugar, se revolcaban y corrían sin parar y decidí dejarla en el colegio, como no le sabíamos el nombre le coloque SASHA.
Días más adelante me llamaron de telemedellin a preguntar por la adopción de Luna toda vez que nuestra institución fue la primera en acogerse al acuerdo municipal que invitaba a las instituciones educativas a adoptar una mascota, les conté que estaba trabajando en la construcción de una granja y ofrecieron realizar un programa en el colegio para mostrar el tema de las adopciones, fue el concejal Álvaro Múnera, me entrevistó y reconoció la excelente labor que estábamos haciendo.
